Dulce animal amargo que repta irresistible.
Me recuerdas a uno de mis poetas
en la foto que acabas de subir;
la que te hice en el museo
con mi sombrero puesto
y tu sonrisa...
Entones el alma salta
en mi corazón
y las sensaciones
vuelven sin pedírselo.
Miles de hormigas incendiadas
se escapan por los palmos
de mi cuerpo,
tiemblo, mis labios se adormecen
y mi boca no articula.
Tampoco escucho,
sólo resuena tu música
en mis oídos,
y el regalo de un pedazo
de tu aliento.
Poco a poco,
pierdo lo que veo,
y mi interior se extremece,
mientras mi estómago enloquece
en náuseas y arrebatos,
los mismas que no puedo
evitar cuando estoy contigo,
losque me dejan como un
imbécil infantil y
me hacen pasar tanta vergüenza.
Aquellas que no sé cómo te importan,
y por las que ahora tengo
miedo
a que lo nuestro se convierta
en un recuerdo.
Este es el Eros maligno que vuelve,
ahora temeroso,
para desmayarme los miembros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario