El alma que anda en amor,
ni cansa ni se cansa.
San Juan de la Cruz.
Y es cuando el camino
se vuelve
un collage de versos sin aliento.
Un millón de palabras
perdidas en la memoria de una tarde,
y una mano tendida,
con el lenguaje de la despedida.
Y es cuando el camino
se vuelve
una pregunta interesante a tu respuesta.
Un loco desatino,
con confusión y sin conocimiento,
una conversación oscura
con las palabras frías del comienzo.
Entonces el alma se cansa,
porque respira el camino,
y cada paso es un aliento
que se escapa,
entre las manos temblorosas de las lágrimas.
Y es cuando el camino
se vuelve,
humo y polvo.
Tú, y tu palabra,
sonidos lejanos sobre una guitarra.
Yo, y mi palabra,
borrones de tinta sobre la ausencia,
Entonces, mi querido poeta,
el alma se cansa
y se sienta en un rincón,
disfrazando el dolor
con un escalofrío.
Escrito en el "Descanso de San Juan de la Cruz" (Segovia).