jueves, 7 de enero de 2016

IUDICII SIGNUM


Pero en todos el infierno
Está oculto, hasta el instante
De las lágrimas, del grito
Que de las entrañas sale.

Luis Cernuda.

Simplemente he dicho
que no puedo más.

Que susurrar a los oídos
equivocados
es saltar
en pantalón de piel
por las lágrimas
ilustres
de las palabras
inútiles.

Simplemente he dicho
que no puedo más.

Que tengo ganas de
escribirte
en un libro de poemas
con la pluma suicida
de la indiferencia,
mientras devoro
cada uno de los regalos
efímeros
de mi corazón a media
noche.

Simplemente he dicho
que no puedo más

Que estas sábanas son demasiado
delicadas
para otra despedida.
¡Acercate y hazme daño!
Salta sobre mí y que
una antorcha
llene de soledad
mi fuego fatuo.

Simplemente he dicho
que no puedo más.

Que corro una maratón
en cada uno de tus pecados.
Sin confesor ante el Señor.
Perdido en el testero de la
Sixtina,
mientras un desnudo asustado
ruega por nosotros pecadores
ahora y en la hora
de nuestra muerte.
Amén.


Ignudi en la Capilla Sixtina, Miguel Ángel.